sábado, 27 de diciembre de 2008

Toda la vida con la cruz a cuestas



























Para mi, el respeto a las creencias religiosas de las personas es sagrado, aunque no las comparta. Por eso exijo el mismo respeto para los que no creemos en nada, agnósticos, ateos, o creyentes que comprenden que la política no puede estar a expensas de las creencias y aceptan la laicidad del Estado.

Pero el Jefe supremo de los creyentes católicos, Benedicto XVl, ha lanzado un mensaje al mundo avisando de la amenaza de los homosexuales y el escándalo de los transexuales, como si nacer de una u otra condición fuera algo que elige uno al nacer.

Ha aprovechado estos días para hacer lo que no ha de hacer, inmiscuirse en las políticas sociales democráticas de derechos individuales de las personas que se acuerdan en parlamentos libres, o en el derecho individual de sentir libremente. Su mensaje da cierto temor. Niega los conocimientos científicos modernos sobre la naturaleza del cerebro humano, genes, etc. y …sí …. pide medidas especiales. ¿?. ¿Se me dispara la imaginación o me vuelven pasados recuerdos?.


Antonio Gala, lo cuenta así:

Benedicto XVl ha concluido que el mundo necesita (más que la honradez y la defensa de los menesterosos que hubieran evitado la vergüenza de esta crisis) una “ecología” especial que salve a los “normales” de la amenaza de los homosexuales ( ¿o habla de los curas pederastas?); “lo mismo que se precisan políticas que salven las selvas” También se refirió a la transexualidad como un “escándalo” más que como una cruz.

Sería aconsejable que el Papa mirase más cerca y remediara lo que tiene al alcance de la mano. TODO LO NATURAL ES INOCENTE, hasta el tigre, mientras no dañe su alrededor. Hay naturalidades que no son contagiosas. Ni en el Vaticano ni en el pudibundo festival de San Remo. Este Papa lo sabe especialmente bien.

Jefe Rojo